Emocionante la reacción de los niños cuando vieron llegar el pastel de Bob Esponja. Rodearon el pastel, querían tocar, probar.. preguntaban ¿se come?. Levantaban la voz para ser escuchados, cada cual mas fuerte, gritaban “¡¡alaaa mira Calamardo!” “¡¡Patricio también está!!”, “¡Bob Esponja en un boteee!” “¡¡Gary!!!” “¡¡Mamá mira al señor Cangrejo!!”
Las mamás miraban por todos lados el bote y preguntaban si los muñequitos también los había hecho yo y si se comían. Pues el corazón me saltó muchas veces cuando vi las reacciones de los asistentes a la fiesta de cumpleaños de Huguito, quien cumplió seis años.
Cuando cantábamos el “Cumpleaños feliz”, me fijé que el agasajado estiraba los dedos para tocar el pastel sin que nadie se diera cuenta, tratando de pasar desapercibido. Y así poco a poco los niños fueron estirando sus manitos para ver si Patricio Estrella o Gary eran en verdad dulces. Cabe mencionar que Gary no estaba fijo en el pastel así que lo pudimos poner en otro lugar del bote para poder colocar la vela y cantar.
El dolorcito en mis mejillas de tanto sonreír es mudo testigo de mis sentimientos de ese día. Y es que cada muñequito de fondant había que hacerlo especial, al detalle y con el corazón, así como mi primer pastel en 3D, un bote de vainilla y buttercream de chocolate, sobre un bizcocho de nata con ganaché también de chocolate.
Desde ahora dejo la puerta abierta para otro Bob Esponja que quiera alegrarme las mañanas cada vez mas soleadas de este invierno tan bonito.
Bob me has cautivado.